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CARTA INVITACIÓN Jorge Kalfopulos Katzaki nuestro compañero y hermano, así como su hijo Cristo Kalfopulos Cuellar, fueron cruelmente asesinados por defender la fe y los valores de nuestra religión hace 43 años, en el área de la Arquidiócesis de Guadalajara. Sus restos mortales han reposado en un nicho de la Parroquia Madre Admirable de la ciudad de Puebla desde el 2004, junto con los de su esposa y madre, respectivamente, Amparo Cuellar de Kalfopulos. Este 6 de Mayo, Jorge y Cristo, acompañados de Amparo, iniciarán un recorrido que, con nuestras oraciones, la asistencia de Santa María de Guadalupe, y la venia de la Santa Madre Iglesia puedan, si Dios Nuestro Señor lo permite, subir un peldaño más en su transitar hacia la beatificación y canonización. Por sugerencias del Postulador de la causa y de la Comisión Diocesana de las Causas de los Santos de la Arquidiócesis de Guadalajara, es muy conveniente que los restos mortales se encuentren en el área donde fueron asesinados. La Providencia Divina ha querido que en la Parroquia de San Juan Bautista a la cual pertenece la última casa que habitaron y, donde fueron cobardemente asesinados, hayamos encontrado un nicho donde puedan ser recordados todos los días 8 de cada mes, especialmente el de Mayo. Dada la relevancia que para el proceso de beatificación y canonización significa este traslado, te invitamos a que, junto con tus familiares y amigos, nos acompañes en este recorrido de la manera siguiente: Del 5 al 11 de mayo, te pedimos que el rezo del Santo Rosario, ya sea en tu casa con tu familia o, en las reuniones con nuestros compañeros, se pida especialmente por las almas de Jorge y de su hijo Cristo, así como por el pronto inicio del proceso formal de su beatificación y canonización, si es la voluntad de Dios. (Te adjuntamos la oración compuesta por Jorge para que la difundas y reces en comunidad entre tus familiares, compañeros y amigos) Lunes 6 de mayo Martes 7 de mayo, Miércoles 8 de mayo: 19:00 misa con presencia de sus cenizas en la Capilla de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, Circuito Juan Pablo II, Puebla, Pue. 10:00 traslado a la CDMX 12:00 a 17:00 guardia en la Casa matriz de los CCR 18:00, Misa con presencia de sus cenizas en el Convento del Carmen San Ángel en la CDMX (lugar en donde Jorge y Amparo contrajeron matrimonio.) Traslado por tierra a Guadalajara y reserva de las urnas. 20:00 Misa con presencia de sus cenizas en la Parroquia de San Juan Bautista y deposito de las mismas. Con esta serie de actos se pretende aumentar el conocimiento que debemos tener de este compañero y hermano, ya que fue un fiel y leal miembro de la OBC que fue martirizado, en compañía de su hijo, por defender la fe y los valores de nuestra Santa Religión. A T E N T A M E N T E FUNDACIÓN JORGE KALFOPULOS KATZAKI

Fragmentos del libro de Jorge. “A Amparito con nuestro cariño”. A lo largo de este trabajo nos hemos comunicado con ella en la medida de lo posible, para tenerla al tanto del avance, para verificar fechas y sobre todo para estar en contacto. Conoce el borrador y con una generosa actitud nos regaló una nota que sale de su corazón, la llamó “Mis historias sobre papá”. Seguramente han hecho la cuenta, Amparito tenía 8 años a la muerte de Jorge, aquí sigue: “Mis historias sobre papá” Para muchos, Jorge Kalfópulos Katzaki era un empresario exitoso, un gran amigo, un católico excepcional o un gran jefe, para mí solo era mi padre. Los recuerdos que tengo de él no son muchos y los pocos que tengo se van diluyendo con el tiempo, muchos de ellos son más un relato de los recuerdos de mi mamá, que algo propio, sin embargo, algo que sí recuerdo es su presencia, su alegría y su firmeza. Su firmeza en los regaños y castigos, algunas veces -muy contadas y casi siempre causa de alguna mentira- una nalgada bien puesta, cuando fue necesario; sobre todo, nos enseñaba a Kristo y a mí a ser personas de bien, una de sus frases preferidas era “primero el deber, luego el placer”. En lo que sí era intransigente era en la verdad, las calificaciones y en la oración. En mayo el rezo del Santo Rosario en familia, hincados al pie de su cama; las oraciones antes de cada comida; la misa de cada domingo y algunas veces nos pedía que le acompañáramos entre semana; aprendimos a cantar el Himno a Cristo Rey antes que a Cri-cri. En la escuela teníamos que dar el máximo, no importaba la nota, sino el esfuerzo, dar lo máximo siempre. Una vez nos dijo que nos iba a dar 5 pesos por cada 8, 9 o 10 que sacáramos en la escuela, yo llegué con una boleta de puros 8´s y 9´s y Cristo con calificaciones de 6 y 7, recuerdo que me enojé porque a él lo felicitó y a mí me dijo que podía dar más, que esas eran mis calificaciones normales y que no me había esforzado Nos enseñó que la obediencia es propositiva, no impositiva, es decir, podíamos decir “no estoy de acuerdo” pero con razones suficientes y con propuestas alternativas, y él tomaba en cuenta las dos cosas para dar su veredicto final, sin apelaciones esta vez. En cuanto a su presencia, era un padre realmente presente en casa. Recuerdo que algunas veces llegaba de trabajar y se acostaba en la alfombra de la sala a descansar la espalda y al final se volteaba boca abajo y me pedía caminar por su espalda como si fuera una especia de masaje -en ese entonces no había peligro de que le rompiera las vértebras-. Los fines de semana, que tenía que ir a los Altos de Jalisco a dar pláticas o ver a su gente, lo convertía en un día de paseo divertido para nosotros o nos cuidaba si mi mamá era quien tenía que estar en los postcongresos de la cívica. Si no había algún compromiso, se inventaba un día de campo o una salida con amigos a algún balneario, nos encantaba ir a Agua Caliente. Cuando mi mamá entró a la universidad, los trabajos en equipo los hacían en la casa, y mi papá se encargaba de que Cristo y yo no diéramos lata. Hacía un termo de café turco, muy, muy ligero, y nos preparaba un café con más azúcar que café mientras veíamos el “Chavo del ocho” o algún programa en la tele -fue quien me aficionó al café-, o conectaba el Atari, él jugaba futbol americano y nosotros uno de sumas y restas, bastante aburrido. Estaba presente para todos: iba a trabajar, tenía sus juntas en casa, salía una vez por semana con sus amigos a jugar cartas, se iba una vez por semana con mi mamá a cenar, jugaba con nosotros, tenía tiempo para tomarse vacaciones dos veces por año, como mínimo, una vez con nosotros y otra vez solos mi mamá y él. Hacía todo lo que tenía que hacer y hasta le sobraba tiempo. Por la alegría, qué puedo decir, tenía una libreta de chistes que siempre cargaba con él y la sacaba continuamente, ya sea para escribir nuevos chistes o para leer alguno que ya tenía escrito. Las bromas en casa, entre mis papás y con sus amigos, las risas eran de todos los días. Hasta para poner normas en casa sacaba algún chiste, por ejemplo, no nos podíamos levantar sin acabar la comida del plato, si decíamos que ya estábamos llenos, se paraba y nos hacía saltar tres veces para que se acomodara la comida y cupiera más. En sus días libres bajaba con su gorro de chef y su mandil a cocinar, dejaba la cocina muy, muy sucia y por lo mismo buscaba a alguien que fuera su pinche de cocina para limpiar, Cristo y yo salíamos corriendo de la casa en cuanto lo veíamos venir. Le gustaba inventar nuevos platillos de sabores raros, mezclaba lo dulce con lo salado y terminábamos comiendo frijoles con mermelada o arroz con higos, etc. En la cocina también demostraba lo testarudo, una vez se le metió la idea de hacer huevos estrellados en microondas, fueron necesarios muchos fines de semana y muchos cartones de huevo para que se diera cuenta que no era posible (hablamos de 1980). Tenía sus defectos, como todos, era un poco despistado algunas veces, tanto que me olvidó dos veces, una en Plaza del Sol y otra en el centro de uno de los pueblos de los Altos, mi mamá fue por mí las dos veces. No le importaba la ropa, mi mamá era la que tenía que fijarse en su guardarropa y tirar lo viejo y roto porque él se lo seguía poniendo. En fin, tantas cosas que decir en tan poco tiempo y espacio, agradezco a Dios que me haya dado unos padres así, porque no se puede hablar de mi padre sin hablar de mi madre, eran uno. Y aunque no agradezco que se lo haya llevado tan pronto, a él y a mi hermano, me quedan el recuerdo, la enseñanza y el orgullo de ser hija de Jorge Kalfópulos y Amparo Cuéllar, que son mi ejemplo de vida y algunas veces mi motor.”

Fragmentos del libro de Jorge - Testimonio de Miguel: Entiendo que la Iglesia Católica considera mártir a aquel a quien se le arrebata la vida por odio a la fe católica, in odium fidei se dice en latín. Seguramente algún día podrá darse una definición sobre la categoría que corresponde a la muerte que Jorge y su hijito recibieron, entonces la carta de Mons. Nuño será un documento invaluable. En el prólogo de su libro “Los mártires mexicanos”, el Padre Cardoso SJ dice: “La Iglesia Católica reconoce que hay dos tipos de martirio verdadero: el martirio teológico y el martirio filosófico, o sea, como dice Benedicto XIV el martirio coram Deo, delante de Dios, y el martirio coram Ecclesia o delante de la Iglesia. El martirio teológico o coram Deo, es el que tiene el mérito salvífico ante Dios, o sea que, como bautismo de sangre, Dios premia con la salvación del mártir. El martirio filosófico o coram Ecclesia, es el que, teniendo el mérito del anterior, tiene además el valor apologético de la demostración de la verdad de la fe, porque muere el mártir.” Por la información de que dispongo, me parece que lo mataron porque hacía el bien de forma activa, es decir los que lo mataron odiaban lo que hacía y lo que hacía, lo hacía en forma desinteresada inspirado en la Fe Católica y porque se lo indicaba su compromiso de trabajar por la rectoría de Dios. Respaldo esta opinión en lo dicho por el obispo Nuño: “El Ing. Kalfópulos era hombre de paz, que con nadie tenía dificultades, por lo que, las circunstancias de su muerte hacen pensar en que lo que motivó el crimen que lo privó de la vida, fue su actitud definida como cristiano y como dirigente de trabajos apostólicos. Por eso, quienes lo conocimos juzgamos que entregó a Dios su vida, en compañía de su pequeño hijo de 9 años, como testimonio de su amor a Dios y a la Iglesia, en esta tierra evangelizada por la Virgen Santísima de Guadalupe”. No cabe la menor duda que Jorge fue asesinado por ser un activo promotor de valores cristianos, trabajo que realizaba en gran parte en común acuerdo con el prelado de San Juan de los Lagos. Ahora bien, Dios concede esa muerte bajo condiciones especiales, no es una forma “fácil” de ganar el cielo, la concede a aquellos cuya vida diaria es heroica, cuyo esfuerzo diario como una forma de mortificación lo recibe Dios como una fragancia, como un incienso que le da gloria. Finalmente, los designios de Dios son insondables y da sus dones libremente. Llamo héroe a Jorge porque se portó heroicamente a sabiendas de que se oponía a fuertes poderes sin moral, lo llamo también mártir en la forma familiar que puede hacerse. Vuelvo al P. Cardoso. “Uso ese nombre en el sentido vulgar que le damos, no como ya digno de los honores del culto cristiano; en el mismo sentido que le daba nada menos que S.S. el Papa Pio XI de feliz memoria. En efecto, el 31 de enero de 1927, Su Santidad el Papa recibía en audiencia especial a un grupo de jóvenes mexicanos y les dirigió este saludo, …”¡salve, flores de mártires! ¡Honor a vosotros y a vuestro país, a vuestros Obispos y a todos vuestros Pastores, a vuestros sacerdotes, a todos los vuestros que sostienen un combate tan glorioso, por el honor de la Iglesia, por la dignidad y la salvación de las almas! ¡Salve, hijos y hermanos de mártires! El P. Cardoso cita a S. S. Pio XI, quien se siente libre de llamar mártires “a priori” a aquellos que efectivamente años después fueron proclamados mártires y canonizados por San Juan Pablo II. Toda proporción guardada, de ahí me apoyo para llamar mártir a Jorge. No tuve la sensibilidad entonces ni los ojos apropiados para ver lo que vale la pena. ¿Qué cosa maravillosa estuvo sucediendo en el alma de mi amigo?, ¿cómo se convirtió de una persona aparentemente común en alguien capaz de entregar su vida en forma radical en el servicio a Dios y al prójimo?, sí se la respuesta ahora, Jorge amaba. Amaba a Dios y lo amaba entregando su persona a los demás, amaba desmedidamente como solo Dios puede apreciar. Cuando el papa eximio Ratzinger explica en su libro Introducción al cristianismo, a la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Verbo, dice que es: el “todo para”, nada para sí mismo, todo para los demás, “para” tiene un profundo sentido dinámico, porque es el Sumo Amor. Amar es ser para los demás. Jorge sabía ser para otros. En una ocasión de las muchas en que conversamos, le reñía que no cuidaba lo suficiente su carrera profesional en la empresa en que trabajaba. No entendía entonces que Jorge era capaz de postergar en alguna medida su carrera personal por servir a sus prójimos. Arriba dije que Jorge era un levantino, es cierto nació en México, pero su fondo era griego, arriba vimos como su familia supo mantener en lo posible vivencias griegas, su corazón era de un niño. Su alegría era mediterránea con esa sensualidad tan natural en esas costas, de jóvenes y con su mamá y hermanos fuimos a ver “Nunca en domingo”, solo porque era una película griega, aunque el tema es bastante mundano, algo leyó a Nikos Kazantzakis, llegó a citarme frases pícaras de “Alexis, el griego” como dije arriba. Jorge no hablaba griego, pero entendía muchas frases, sobre todo las que como indicaciones suelen dar los padres a sus hijos. Su corazón cumplía con lo que dice Jesús en la Escritura: Mt 18, 3. “En verdad os digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos” Jorge, repito, tenía corazón de niño. Jesús, el abogado, me platicó que durante los días que acompañó a Amparo, tuvieron la visita de un matrimonio amigo de ellos, de los Kalfopulos, en la conversación recordaron que en la última ocasión que habían salido juntos a un lugar donde había una banda musical, Jorge se subió a tocar la batería, porque además de ser alegre sabía tocar. ¿Podía haber aprovechado mejor mi amistad con un hombre así?, por ello hoy me enorgullezco de dar testimonio de él con estas líneas. La última junta, de las quincenales, a la que asistió Jorge fue fuera de la Ciudad de México. En esa reunión nos habían dado una plática sobre la Virgen de Guadalupe, su imagen en la tilma de San Juan Diego, todo el hecho guadalupano. Entre muchos datos se mencionó que la tilma no fue “preparada” con “primer” para recibir las pinturas de color. Guillermo que lo llevó de regreso al aeropuerto de Ciudad de México para que volviera a Guadalajara, me relató la pasión con que Jorge le hacía un razonamiento muy de su estilo: "Si la pintura no tiene base, no es una pintura, es una aparición permanente, ¿te imaginas?, tenemos una aparición permanente ante nuestros ojos, ¡qué cosa tan extraordinaria!". Esto lo decía con su característica pasión. Leo con gusto el testimonio de su esposa, doce años de matrimonio, en el sentido de que aspiró al martirio. Esa expresión de tener una muerte significativa coincide con su carácter apasionado y forma de hablar, lo dije arriba, Jorge era profundamente apasionado y alegre, así amaba, porque solo a los que aman apasionadamente Dios les concede el martirio. Vuelvo con Ratzinger, sólo que ahora en “Jesús de Nazaret”, dice cuando habla de la acción de Pedro de sacar una espada en el huerto de los Olivos: “Pero tiene que aprender que el martirio tampoco es un acto heroico, sino un don gratuito de la disponibilidad para sufrir por Jesús". Jorge recibió el don gratuito. No tengo manera de saber quién lo asesinó materialmente, menos quien lo organizó; el interés es solo porque si fue por odio a sus buenas actividades, como lo he venido diciendo, entonces me atrevo a decir que es un mártir coram Deo, mártir ante Dios. Repito lo escrito por Mons. Nuño: “El gravísimo atentado contra la augusta persona de Su Santidad Juan Pablo II, es una prueba muy clara de la existencia en el mundo del misterio de la iniquidad de que habla San Pablo, y es una demostración de la maldad de los enemigos de la Iglesia con que tratan de eliminar a quienes estorban sus planes perversos”… “por lo que, las circunstancias de su muerte hacen pensar en que lo que motivó el crimen que lo privó de la vida, fue su actitud definida como cristiano y como dirigente de trabajos apostólicos”

Fragmentos del libro de Jorge - Jesús nos comparte hoy su vivencia: Jorge: Liderazgo que enseñaba con el ejemplo. Conocí a Jorge a la edad de 16 años y siempre me llamó la atención su forma de trato directo, amable y alegre. Jorge era un jefe formador, quien dedicó la etapa de su vida en Guadalajara, a capacitar, entrenar y dirigir a muchos jóvenes que colaboramos con él y que cuidadosamente fue seleccionando y decantando con el paso de los años. Su estilo de formación lo aplicaba a través de la relación personal, de confianza y escucha. Si bien se tenían regularmente juntas semanales en donde preparaba cuidadosamente los temas de formación, los momentos más importantes sucedían en la entrevista personal. Jorge preguntaba siempre y a cada uno, cómo estaba el entrevistado y su familia, los estudios y el trabajo, para luego entrar en temas puntuales de acuerdos o instrucciones sobre actividades. Jorge formaba con el ejemplo, era el primero en hacer las cosas, ya sea levantarse temprano los domingos para hacer ejercicio, rezar, llenar un reporte o ponerse al frente en una manifestación. Siempre era puntual. Jorge destacó por ser visionario, proponer desafíos inimaginables, sobre todo para el grupo de jóvenes que colaborábamos con él, tener claridad sobre la estrategia para la fundación (del Reinado de Cristo) y comunicarla en forma precisa y valiente, con gran confianza en la Divina Providencia y en la Virgen de Guadalupe. Una de sus grandes cualidades fue comunicar fe en la misión y confianza en que podríamos lograr el objetivo, siempre que lo planeáramos bien y ejecutáramos mejor; era estricto y cuidadoso de los detalles. En ocasiones, las acciones se programaban segundo a segundo. Nunca trasmitió miedo o desconfianza, incluso en los momentos más difíciles y aciagos, por lo contrario, contagiaba mucha calma. Jorge escribía sus conclusiones de una acción en una libreta, propiciaba que cada quien escribiera sus comisiones, con el fin de poder darle seguimiento a lo que se hacía en cada junta puntualmente. El estilo de liderazgo de Jorge era muy personalizado, variando incluso en cada situación dependiendo del contexto: Directivo en los momentos difíciles, participativo en las etapas de creatividad, pedagógico con ejemplos y vivencias, pero sobre todo llegaba al corazón ya que sabías que en cada cosa que te decía, tenía rectitud de intención, claridad de visión, amor por la verdad, así como ejercer su vocación de servicio a través del liderazgo formador. Jorge era jefe, amigo y maestro y creo que en ese orden. Tocó el alma de cada uno de aquellos a los que contagió el ideal de la Rectoría de Dios en el Mundo así como de luchar por el Bien Común en nuestra Patria.

Fragmentos del libro de Jorge - Testimonio de Héctor: Conocí a Jorge a principios de 1971. Desde el inicio me impresionó su personalidad, capacidad y claridad para hablar, su capacidad para contagiarte de ideales y propósitos de altura, sin duda, después de mis padres, es la persona que más ha influido en mi formación, de forma que mi testimonio, seguramente estará sesgado por el cariño, sólo busco presentar algunas facetas de él. La puntualidad era el principio, no llegaba nunca tarde a ninguna reunión ni compromiso y exigía lo mismo, no había excusa que valiera. Su experiencia en las luchas universitarias le había enseñado que la puntualidad es llegar a la hora exacta ni antes ni después, los domingos nos citaba a las 6:58 AM, nos subíamos a su carro y en cualquier baldío grande hacíamos ejercicio, nos llevaba hasta el límite y más aún, el sufría de una lesión en la rodilla, pero no se quejaba. De esos entrenamientos todos aprendimos que éramos capaces de hacer mucho más de lo que pensábamos. Era muy enérgico y exigente, si asumías un compromiso debías tener los resultados, las intenciones no cuentan, en el regaño sólo se refería a la falta, nunca descalificaba la persona, y siempre terminaba con algo positivo. Así como era exigente así festejaba las buenas ideas que alguno tenía, era muy cálido y efusivo para felicitar por algún logro, lo hacía en la reunión, y lo volvía a recordar. Siempre te daba confianza. Cada uno teníamos que hacer nuestro plan de lecturas, y semanalmente revisaba, cuando había el compromiso de terminar la lectura de un libro, entregábamos un resumen, luego en una cita personal comentaba tu resumen, te resaltaba como gran logro algunas cosas, y te llevaba a que tu sacaras las conclusiones. Tenía una especial repulsa a la mentira, no se si era parte de su formación familiar, de su origen griego o de su propia disciplina. En el colegio, organizamos una campaña de asistencia a comulgar, entre otras cosas pegábamos cartulinas invitando, al detallar el plan en la junta nos preguntó que cuando las pegaríamos, no se si Pancho o yo, le dijimos que el sábado en la mañana, pero los sábados jugábamos futbol, así que acordamos llegar antes de la entrada el lunes y pegarlas. En la junta nos preguntó si habíamos pegado el sábado las cartulinas, ambos le dijimos que sí, dejó que tomáramos cuerda y luego reaccionó, había ido al colegio el sábado en la tarde a revisar y no estaban, la reprimenda fue muy dura, no entendíamos, si las cartulinas estaban y había funcionado, hasta la siguiente junta supimos, el problema es la mentira. No recuerdo haber faltado a una junta por años, no sólo era la revisión de planes, el ajuste, sino la formación, la presentación que hacía magistralmente de los temas nacionales, y el ir construyendo la visión de a dónde queríamos llegar. Jorge tenía un fuerte sentido de lealtad hacia las personas, buscaba amistades no relaciones, recibía a cambio la misma lealtad, en su vida en Guadalajara sostuvo hasta su muerte de manera estable amistad y cercanía con varias personas. En la mitad de 1971 entro a trabajar como gerente de Acumuladores Monterrey Chloride, S. A., de C. V., la encargada del área administrativa y contable la Sra. Lilia Aguirre de Corona, Jorge le dio toda la confianza, la empoderó le dio el control de la oficina. A mediados de 1976 Jorge pasó a ser el representante de Primex Lugaton, entonces la Sra. Lilia se fue a trabajar con él, siendo la persona de mayor confianza, en ella descansaron todos los controles, la contabilidad y el manejo del dinero, la apoya para que termine su carrera que la saca con mucho éxito y se convierte en una maestra exitosa de finanzas. Cuando Jorge se asocia con el Ing. Jorge Ramos y fundan su propia empresa en 1980, le piden a la Sra. Lilia que se haga cargo del área administrativa. Jorge sabía dar confianza a la gente que trabajaba con él y los motivaba a superarse. Estuvo en el Funeral de Jorge con su esposo manifestando su profundo dolor por la muerte de Jorge con el que trabajó casi 10 años. Además de haber sido la administradora de Inmobiliaria Monserrat. Lo mismo puede decirse de Flor, después de que nació Cristo en 1971, cuando se estabilizó su situación económica, se cambiaron Jorge y Amparo a una Casa en la calle Atmósfera entonces contrataron a Flor, ella pasó a formar parte de la familia, salía con ellos a vacaciones, iba a los restaurantes cuando la familia salía a comer y gozaba de toda la confianza, después de la muerte de Jorge, se fue con Amparo y Amparito algunos años a Puebla. Días después de la muerte de Jorge, Amparo consideró prudente mandar a su hija a la casa de los papás de Flor, en una pequeña comunidad en una casa rural, la vida campirana, de caballos y tareas ayudaron a Amparito en esos trágicos momentos. En la casa de Atmósfera, hizo amistades que conservó hasta su muerte entre ellos Mike y Susy, que iniciarían un Restaurant muy exitoso y que aún existe “La trattoria” por Av. Niños Héroes, luego formarían parte del grupo de baraja, Jorge y Amparo se convirtieron en clientes frecuentes de la Trattoria, recibían los intentos de obsequios de Mike y siempre encontraba la forma de pagar la cuenta entera. Lo mismo sucedió con el Sr. Toscano y su esposa, a quien conoció en la adoración nocturna, pasaron a formar allá por el 79 parte del grupo de baraja, y mantuvieron su amistad y cercanía hasta su muerte. Parte de su método didáctico era sacar provecho al lenguaje, cuando pagaba la cuenta de la cena en un viaje y le dabas las gracias, te respondía “A Dios hay que darlas”, para muchos términos sacaba por delante sus definiciones, por ejemplo decía que había que ser tenaces, no tercos, porque tenacidad es la fijeza en los objetivos y terquedad es la fijeza en los medios. Finalmente, un tema crucial, Jorge le pedía a Dios el martirio, en octubre de 1975, tuvimos una reunión del planeación y nuevas definiciones después de los sucesos del secuestro de compañeros en la Autónoma, entonces nos comentó que de ese momento en adelante su santo patrono sería San Esteban, el protomártir, e insistía con ese estilo propio que tenía: ¡Pro-to-mártir! era cuidadoso y precavido, cambiaba de rutas y estaba atento, porque “Dios no les da el martirio a los tarugos”, se preparó, lo pidió y Dios NS se lo concedió.

Oración de Jorge - Gracias Dios Mio por este nuevo día Que me das para que yo cumpla Con Tu Santa Voluntad. Te lo ofrezco con todo mi Amor… Ya que es tuyo ayúdame a vivirlo Con el mayor provecho posible para Tu Santa Iglesia, para mi Patria, para Mi Familia y para mí. Dame tu gracia para ordenar mis Actividades y no perder el tiempo Y hacerlo todo y hacerlo bien, Que mi recompensa sea la alegría de haber Cumplido con Tu Santa Voluntad. Así Sea.

San Juan de los Lagos, mayo 18 de 1981. Eminencia Reverendísima. Cardenal Ernesto Corripio Ahumada. El gravísimo atentado contra la augusta persona de Su Santidad Juan Pablo II, es una prueba muy clara de la existencia en el mundo del misterio de la iniquidad de que habla San Pablo, y es una demostración de la maldad de los enemigos de la Iglesia con que tratan de eliminar a quienes estorban sus planes perversos. Este triste acontecimiento nos une a todos en la fidelidad a la Iglesia, en el celo por trabajar con empeño en la edificación del Reino de Dios. Luego quiero comunicar fraternalmente a V.E.R., una noticia que ha llenado de pena a muchos buenos católicos. El día 8 de este mesen forma artera, en la puerta de su casa, fue asesinado el Ing. Jorge Kalfópulos, ejemplar dirigente cristiano, apóstol incansable por el reinado de Cristo en la tierra y hombre de plena confianza, que prestaba grandes servicios a esta diócesis de San Juan de los Lagos. El Ing. Kalfópulos era hombre de paz, que con nadie tenía dificultades, por lo que, las circunstancias de su muerte hacen pensar en que lo que motivó el crimen que lo privó de la vida, fue su actitud definida como cristiano y como dirigente de trabajos apostólicos. Por eso, quienes lo conocimos juzgamos que entregó a Dios su vida, en compañía de su pequeño hijo de 9 años, como testimonio de su amor a Dios y a la Iglesia, en esta tierra evangelizada por la Virgen Santísima de Guadalupe. En lo humano, todos los que lo conocimos en la ciudad de Guadalajara y en San Juan de los Lagods, experimentamos grande pena, por esta separación temporal de él, y por su viuda y su pequeña hija. La señora ha dado muestras de entereza ejemplar, seguramente por la confianza en que Jorge gozara de la vida eterna destinada a los que mueren en el Señor. En la misa de cuerpo presente que celebré he visto cómo se fortificaba la fe en los numerosos asistentes, así como también la paz que bfrota de conocer la vida ejemplar que llevó, y al sentir que muchos cristianos en México, bajo la protección de Nuestra Señora, se entregarán valientemente a trabajar en la extensión del Reino de Dios. Ruego a V.E.R. que encomiende a Dios el alma de este hombre ejemplar, y le confirmo mi especial consideración. Francisco Javier Nuño Admin. Apco. De San Juan de los Lagos.